sábado, 14 de septiembre de 2013

Rally- Grupo B


El grupo B de rallyes nació en 1982 de la mano de la FIA (por aquel entonces FISA) que con una serie de nuevas reglamentaciones hacia posible el desarrollo de los coches que integrarían esta categoría. En esta categoría era posible crear un coche exclusivamente de competición y el fabricante solo tendría que crear 200 unidades para el mercado y las evoluciones de los vehículos se homologarían con solo 20 unidades más, a diferencia de la categoría A o N que debían producir un mínimo de 2.500 unidades.
Esta categoría no solo supuso la mayor especialización de los coches, también supuso el uso de nuevos materiales y formas de concebir un coche de rally y la introducción en el mundo de los rallyes de la tracción total.  La FIA no ponía limitaciones en cuanto a la potencia, estableció pesos mínimos muy bajos y permitió el uso de chasis tubulares y carrocerías de fibra.  Todo esto supuso el nacimiento de coches más ligeros y muy potentes que permitían alcanzar grandes velocidades (casi todos los coches del grupo B superaban los 300 cv) aunque no todo podía ser bueno, pues la FIA no se preocupó en exceso de la seguridad de los pilotos y pronto veríamos lo peligrosos que eran estos coches.

Así fue como nació el grupo B o la época dorada de los rallyes, que sustituía al grupo 4, coches potentes y ligeros, difíciles de ver en la calle. 
Dentro de esta categoría nos encontramos con el primer coche de tracción total, el Audi Quattro A1, que demostró que el futuro de los rallyes era la tracción total. El Audi llevaba un motor de 5 cilindros con turbo que rendía unos 370 cv a 6.500 rpm, toda una máquina de la que los pilotos Mikkola y Michele Mouton supieron sacar el máximo partido. 

Pronto aparecería el Lancia 037, un coche diseñado y construido exclusivamente para los rallyes  bajo la normativa del grupo B, un coche de tración trasera que consiguió hacerle competencia al Audi gracias a su gran reparto de pesos, la incorporación de un motor central, su chasis tubular y con la carrocería de fibra. Este coche tan solo pesaba 900 kilos y alcanzaba los 315 cv. El 037 era un coche muy competitivo que consiguió varios títulos como campeón del mundo de constructores o varios campeonatos de Europa e Italia. Walter Rohrl y Markku Alen fueron dos de sus pilotos más destacados.

En 1982, Peugeot desarrolló el Peugeot 205 turbo 16, un coche con tracción total, motor central y que era estéticamente diferente a lo que se había visto hasta el momento. El 205 era un coche veloz y ligero, pesaba unos 900 kilos y podía alcanzar los 500 cv.  Pilotos de la talla de Ari Vatanen o Juha Kankkunen, entre otros, pilotaron esta espectacular máquina que sin duda, supuso una gran competencia para el resto de marcas, como Audi o Lancia que intentaron responder creando nuevos vehículos cada vez más potentes y ligeros.

Es el caso de Lancia, que vio como el 037 perdía efectividad frente a coches como el 205 mucho más potentes y ligeros. Lancia creo en 1985 el Lancia Delta S4, desarrollado a partir del Lancia Delta que había salido al mercado en 1979. El Delta lograba bajar más el peso que sus rivales, solo pesaba 890 Kilos y alcanzaba los 450 cv, y esta vez, Lancia apostó por la tracción total, en detrimento de la tracción trasera que pronto caería en desuso. Markku Alén y Henri Toivonen entre otros, tendrían el privilegio de pilotar este coche.

En 1985 también, la marca francesa Renault, presentó el R5 maxi turbo, una apuesta arriesgada que pesaba 906 kilos, con motor central y alcanzaba los 350 cv, pero era tracción trasera. El Maxi turbo no tendría mucho tiempo para demostrar su eficacia ya que el Grupo B seria prohibido al año siguiente por cuestiones de seguridad, pero aun así por su volante pasaron algunos de los mejores pilotos del mundo como Sainz, Auriol, Ragnotti o Saby

En esta época dorada de los rallyes, nos encontramos con otros coches, que aun siendo menos laureados o eficaces que los anteriores, merecen de mención, como el Citroen Visa, el Ferrari 288 GTO, el Ford RS200, el Mazda RX-7, el Opel Manta 400, el Porsche 911 Turbo o el 928 S o el Talbot Samba que también hicieron las delicias de un público que vivía la mejor época de los rallyes. 



Pero en el año 1986 la falta de seguridad y las tragedias que se vivirían acabarían con el Grupo B de rallyes.  En Portugal se vivió el primer drama, un piloto local llamado Santos, se salió con su  Ford RS200 provocando la muerte de tres espectadores del rally y una treintena de heridos. Pero el punto de inflexión lo marcaría la muerte de Henri Toivonen, que sufrió, en el rally de Corcega, una salida y su coche ardió en llamas, llevándose por delante su vida y la de su copiloto Sergio Cresto, inmediatamente algunos equipos oficiales se retiraron en señal de duelo.

 La FISA decidió prohibir los grupo B para el año siguiente, eran coches muy rápidos y ligeros pero se había descuidado mucho su seguridad. Tras el accidente de Toivonen, Audi y otras marcas decidieron abandonar la competición, pues consideraban que era muy peligrosa  y solo Lancia y Peugeot completaron el resto de la temporada. Al final de la temporada los Grupo B quedarían prohibidos por su gran inseguridad y con ello acabaría una de las épocas más laureadas de la historia de los rallys.

Tras la prohibición del Grupo B, muchas marcas decidieron reciclar los vehículos o venderlos a pilotos privados para que los usaran en campeonatos menos restrictos. Otras unidades terminaron en museos de las marcas. Aun hoy en día es posible ver coches del Grupo B en rallyes, pero estos son parte de la categoría de Clásicos y no se pueden usar para correr en velocidad. 


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