miércoles, 11 de septiembre de 2013

2-Un día de rally

2- Primer día de carrera, como el primer tramo era por la tarde tenía todo el tiempo del mundo para levantarme, ver el telediario y relajarme jugando a algún videojuego antes de que empezara la frenética actividad de un Rally. Comimos deprisa y nos marchamos para el parque cerrado que estaba en un parking de hotel, allí estaba aparcado mi 205 rodeado de mecánicos y de gente curioseando. Corríamos en la categoría legend de regularidad, teníamos que centrarnos en cumplir las medias de velocidad o mejor dicho en penalizar lo menos posible para ganar. Realmente no me había planteado ganar, venia gente desde Italia y Francia y eso siempre metía un poco de miedo, por no hablar de los aparatos que manejaban pero no me iba a dejar amedrentar, al fin y al cabo llevaba un coche parecido al que Vatanen condujo y en la época había sido lo más puntero así que iba a presentar toda la batalla que pudiese.
Akane, para variar, llegaba tarde, siempre estábamos igual con ella, se le pegaban las sabanas y había que llamarla 50 veces antes de que reaccionara y por fin lo cogiese. Hoy la había dicho que se levantara pronto pero su concepto de pronto y el mío eran distintos. Yo me había levantado a las 9 y ella se había levantado sobre la 1, era un caso. Mi padre ya andaba de los nervios dando vueltas por el parking esperando a que apareciera Akane para darnos su charla de motivación. Yo me puse el mono rojo y deje el soto-casco y en hans en el baquet del coche mientras oía como mi padre saludaba a alguien, ¿sería Akane?, me giré y vi que se trataban de Toni y su padre, ambos se quedaron un rato hablando con mi padre mientras yo me ponía las botas de correr:

-¿Nerviosa?
-Lo justo y necesario, ¿no habrás visto a mi copiloto verdad?
-¿No llegó Akane?, joder esta mujer.
-Estoy acostumbrada a que llegue tarde pero mi padre se pone de los nervios
-A por cierto te presento a mi padre, la primera vez que os visteis tenías prisa así que no pude presentártelo
Nos dimos dos besos y me pregunto un poco por el coche y el rally cuando por fin apareció Akane que hizo su entrada estelar en mi 206, menos mal que ya venía con el mono y todo puesto, a pesar de eso mi padre la hecho la bronca. Toni y su padre se despidieron de mí ya que se iban a tramo y yo tenía que recibir instrucciones de mi padre:
-A ver chicas, hoy es un día importante, es una prueba de fuego, es un gran rally y no podéis fallar. Tenéis que ir tranquilas, pensando solo en el coche, en la carretera, no toméis riesgos innecesarios, y Ana, recuerda que esto es regularidad no velocidad, y Akane, recuerda que la próxima vez que llegues tarde me subo yo de copiloto
-Pobre Ana, no volveré a llegar tarde solo por ella
Mi padre nos dio un beso a cada una en la frente y nos subimos las dos al coche:
-          Ya veo que Toni te ha presentado hasta a su padre, marcha bien la cosa ¿no?
-          Callate Akane, hay que correr
-          Como esquivas el tema…es sospechoso, bueno a ver tu ni caso a tu padre. Hoy sí que hay que tomar riesgos que es un rally importante
-          Ya sé que hay que tomar riesgos pero no le voy a decir eso a mi padre, no me deja salir si le digo eso j aja
-          Pues ala enciende y vámonos pa tramo que ya han salido los primeros
Arranque el coche y le hice rugir un poco, y pusimos rumbo a tramo, no estaba lejos así que no fui con prisa, todo el mundo miraba el coche por la autovía, aparte de su llamativo aspecto, el ruido era inconfundible.
De momento el tiempo nos respetaba pero había unas nubes negras que amenazaban lluvia constantemente, aun así estaba algo más tranquila que ayer, Akane no paraba de tocar su lamparita y mover el boli de sitio. Era muy nerviosa y cuando estaba atacada movía y tocaba todo lo que pillaba, al principio me repateaba que hiciese eso pero a fuerza de costumbre ya no me importaba. Llegamos y Akane se empezó a recoger el pelo para ponerse el soto-casco y el casco, ella tenía el pelo cortito, más o menos por la altura del hombro y negro, me encantaba su pelo, sobre todo por lo fácil que le resultaba recogérselo en un moño. Yo tenía que hacerme una coleta y dejármela por fuera del casco, tenía el pelo muy largo, odia la largura de mi pelo en esos momentos pero me encanta su color entre marrón y anaranjado.
“Chicas salís en dos minutos”, nos dijo un hombre desde fuera del coche, ahora sí que si comenzaba el rally. Akane abrió el blog de notas y me dijo “a fondo, tu dale a fondo”. Así que cuando nos tocó salir el coche rugió impresionantemente fuerte y empujo hacia delante como una bestia. Akane leía rápidamente las notas, ella era mis ojos, mi guía, la tenía que obedecer ciegamente y eso hacía, cuando me decía dale le daba y cuando me decía frena frenaba. No sabría cómo describir la sensación que sentía al correr pero mi mente se quedaba en blanco, me sentía feliz y nerviosa a la vez pero una vez acabado el tramo me sentiría realmente bien. Una curva más a izquierdas y tendría que subir una gran recta en cuesta en la que ya había visto quedarse a más de un buen coche, pise a fondo y el coche no me fallo. Me gustaba que el coche respondería tan rápido, ya no quedara casi nada para terminar el tramo, un par de curvas a derecha, una pequeña recta y ya estaría en meta, Akane me había dicho que llevábamos buena media. Tome la última curva para encarar la pequeña recta y la meta, y al cruzarla note como el cristal se me iba llenando de pequeñas gotitas, genial, el tramo de noche seria lloviendo:
-Genial, esta genial, no hemos penalizado casi nada, vamos las primeras
-Quedan muchos coches todavía por correr
-Confía hombre confía, vamos tirando pal tramo nocturno
-Si anda, vamos que mi padre estará allí
Y sin descanso nos marchamos al trama nocturno viendo como cada vez llovía más y más. Akane tenía cara de preocupada, el Shakedown le habíamos hecho donde correríamos mañana y no habíamos corrido nunca de noche y con lluvia, así que de nuevo tocaba todo y pasaba nerviosa las páginas del bloc de notas, “tranquila Akane, sabes que me gusta la lluvia” pero Akane estaba en su mundo.
Llegamos al tramo y allí estaba mi padre, nos dio nuevos consejos para afrontar la lluvia pero noto que cada una estábamos en nuestro mundo así que prefirió irse a ver como estaba el coche. Ante nosotras se encontraba Peñacabarga, me la conocía muy bien y algunas veces había ido allí de noche a desfogarme con el 206 pero nunca recordaba haberla subido de noche y lloviendo así que sería todo un reto hacerlo. Mientras tanto el sol iba cayendo y las luces de las casas dándose.

Hubo un problemilla con un coche que iba delante de nosotras y la salida se nos retrasó unos minutos, más tensión y más nerviosismo, pero finalmente salimos y todavía se veía un poco sin faros, menos mal que salíamos de las primeras. Llovía contundentemente y Akane rectificaba notas sobre la marcha, ya que al llover todo cambiaba ligeramente. Peñacabarga era una subida bastante exigente y en la primera mitad de la carrera el coche se comportó como debía, tiraba bien y subía a toda prisa, parecía como si voláramos por encima de la carretera pero en la segunda mitad la cosa se ponía difícil, nos tocaba subir las paellas y las cuestas y encima cada vez llovía más.  El coche resbalaba mucho a causa de la lluvia así que procure tocar el freno de forma muy suave, sabía que si frenaba muy fuerte me deslizara por el asfalto y podría salirme, o pegármela contra algo. Subimos la primera paella y la gente jaleaba, el coche se me fue un poco de culo pero rectifique rápido y no perdí casi nada de tiempo, en la segunda paella me volvió a hacer lo mismo, demasiada lluvia pensé, menos mal que era un coche pequeño y potente y el tiempo que había perdido lo podría recuperar en la recta, que a pesar de ser en cuesta mi coche subía con una potencia increíble. Frene antes de lo previsto para encarar la última curva, y después de esa curva llegamos a meta, Akane suspiró y yo de algún modo también, aunque me lo había pasado como una enana con aquellas condiciones, había sido duro física y mentalmente:
-Seguimos primeras, si sigues así de bien ganamos
-Calla que faltan por subir el francés y los italianos
-Mira escucha lo que dicen por radio, ya se salió uno, bueno una…..la del panda
-No me extraña con ese cubo con ruedas yo también me saldría
-No se ha hecho nada, así que no neutralizaran
Akane se bajó del coche para ir a la carpa de los tiempos, yo tenía frio y no quería mojarme así que no me bajaría hasta que fuera estrictamente necesario, me desabroche el arnés y me quite el Hans y el casco. Ahora era cuando sentía la sensación de tranquilidad y felicidad de haber acabado un tramo bien, dejando el pabellón alto.
Akane volvió, abrió la puerta del coche: “el francés se ha cagado y ha hecho un tiempo muy lento”, y volvió a salir para la carpa. A mí ya no me preocupaba el tiempo, lo había hecho bien, me había divertido y el coche estaba sano y salvo, era lo único que me preocupaba. Akane volvió y me conto los tiempos de los demás pilotos, hasta que no quedaron más: “Vamos primeras” dijo con cara de felicidad y un tono de voz que sonaba a histérico, era una buena señal eso de ir primeras, pero mañana tocaba lo fuerte y seria donde se decidirían las cosas. Se subió al coche y esperamos a que fueran bajando los demás para bajar nosotras. Ya era muy tarde y mañana sí que había que levantarse pronto, Akane y yo habíamos decidido quedarnos con Luca y otra mecánica a dormir en el camión para poder levantarnos un poco más tarde y descansar más. 

El primer día había sido superado con éxito, y a mí se me cerraban los ojos, así que Akane llevo el coche hasta el parque cerrado donde Luca ya descansaba en el camión plácidamente. Nosotras nos unimos a él y a nuestra otra mecánica en cuanto aparcamos el coche y nos quitamos los monos. Me dormí al instante, estaba tan agotada, me pesaban tanto los parpados que solo quería dormir y dormir, pero mi descanso no sería por muchas horas, dentro de nada volvía a comenzar la actividad, el rugir de los motores, Akane moviendo cosas…a pesar de todo esto me encantaba, lo vivía y me hacía feliz. 

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