martes, 10 de septiembre de 2013

1-El comienzo

8 de la mañana del jueves, llovía a mares y yo luchaba por levantarme. La noche anterior había trasnochado y ahora se notaban los efectos. A pesar de todo conseguí levantarme y centrarme en el día que me esperaba. Ya había corrido dos rallysprint y dos rallyes, este sería el tercero pero aun así estaba particularmente nerviosa. Era un rallye importante, venían muchas máquinas y había que intentar dejar el pabellón bien alto. 
Mi padre ya estaba en la cocina preparándome el desayuno, él era la persona que más me animaba a correr, tenía un negocio de talleres así que la preparación del coche era suya principalmente con alguna colaboración mía y quería que estuviese tranquila y nutrida para el día que tenía por delante. Mi madre era más reticente a todo esto y se mantenía al margen porque opinaba que yo era muy joven y que todo esto era muy peligroso. Esta tarde tendría el shakedown y mañana empezaría el rally pero había que ir a verificaciones, parques cerrados y demás, así que había que levantarse pronto para preparar todo.
Baje al garaje, allí estaba el 205 turbo descansando, era una monstruosidad de coche, era pequeño, pesaba poco y corría mucho. 
Desde pequeña había querido que mi primer coche fuese un 205 pero no imaginaba que le iba a dedicar a correr. En el garaje estaba ya el mecánico en el que mi padre más confiaba, Luca, un italiano afincado en Cantabria que había sido copiloto de rallyes muchos años y cuando decidió dejarlo se metió a mecánico, no había nadie mejor que él para saber cómo tratar a un coche como este. Estaba limpiando todo el coche, por dentro y por fuera, le estaba dejando impoluto, yo no le había visto más brillante nunca:

-Le vas a arrancar los vinilos si sigues frotando
-Mira que brillante, que preciosidad, nunca ha estado más limpio
-Si, en cuanto entre dentro me voy a ahogar con el olor a limpia muebles

Se echó a reír y siguió frotando concienzudamente el interior del coche. Luca siempre se enorgullecía de su trabajo y seguramente presumiría durante todo el día de lo limpio que estaba el coche, así que en el primer charco que pillase iba a dejar el coche negro, solo por ver su cara de enfado merecería la pena.

Una vez terminado el proceso de limpieza me dejo a solas con mi coche, era una tontería pero me gustaba sentarme dentro y relajarme antes de los rallyes, el coche me ayudaba a pensar, a tranquilizarme y todos lo sabían así que cuando entraba al garaje salían cuanto antes y no entraban hasta que yo volvía a salir. Era un ritual que me tranquilizaba y me hacía poner en orden mis pensamientos, desconectar del todo lo que no fuera el rallye, es malo correr pensando en otras cosas, era algo que mi padre me había dejado muy claro antes de mi primera carrera “aquí no hay vida más allá del coche, céntrate en dominarlo, en llevarlo a tu manera y conseguirás controlarlo, pero si te distraes olvídate de hacerte con su control”. Así que ahora sí que me había puesto en modo rallye y estaba preparada para salir del garaje y empezar con la actividad. Fuera me esperaba Akane ansiosa por entrar a ver el coche, me dio dos besos, me pregunto qué tal había dormido y sin prestarme mucha atención entro en el garaje, si yo estaba loca mi copiloto se llevaba la palma. Ella había estado corriendo de copiloto con un evo pero la crisis había hecho que el dueño no se permitiese tener ese coche ni utilizarlo para rallyes, cuando mi padre me hablo de que había encontrado la copiloto perfecta para mí no me lo pensé mucho más y me subí con ella a mi 206 de calle para dar una vuelta por Peñacabarga y comprobar cómo se le daba y si nos entenderíamos bien y efectivamente nos entendíamos a las mil maravillas, se parecía incluso en carácter a mí y después de unos pocos meses éramos como uña y carne. Ella era la que siempre me decía que podía apretar más el coche, nuestros amigos decían que no teníamos mucho conocimiento ninguna de las dos pero yo no lo veía así.
Akane se pasó una hora mirando el coche por fuera detalladamente, se agachaba, se levantaba, se sentaba dentro, pasaba el dedo por la carrocería:

-¿Akane que haces? Me estas poniendo nerviosa con tanta vuelta
-Está muy limpio el coche
-¿Eso te preocupa? No va a tener menos caballos por estar más limpio eh
-Cuando se ha visto que un coche de rallyes esté limpio, tiene que estar sucio. Seguro que ha sido Luca el que ha hecho este estropicio
-¿Cuánto más polvo tenga el coche más corre o qué?
-Por supuesto, parece mentira que no lo sepas ja ja

Akane se fue a buscar a Luca y a increparle el haber limpiado su coche, estaba rodeada de locos pero me reía mucho con ellos y eso me venía bien para aliviar presión.
Después de comer nos fuimos a verificar y una vez comprobado que todo estaba bien nos fuimos al shakedown a dar unas vueltas para ajustar reglajes. Allí estaban viéndome mis amigos y esperando a que acabara para cenar conmigo y también estaba Toni, le había conocido en el primer rallysprint al que fui por mediación de Akane que le conocía desde hacía unos años ya que era de su pueblo, era fotógrafo en un grupo de fotografía que se dedicaba a los rallyes.
 Mis amigos estarían en una paella cerca de la salida y Toni me había dicho que estaría en un cruce cerca de la meta y cuando acabara el rally vendrían todos a la meta.
Lloviznaba cuando salimos así que no podía hacer mucho el tonto, ya que cargarse el coche antes de empezar no era muy buena idea.  El tramo fue bien, no era complicado a pesar de la lluvia, tenía la esperanza de que pararía de llover para correr mañana, me gustaba que lloviese pero iba a deslucir un poco el rallye. Tras dar tres vueltas no muy rápido decidí que era suficiente, así que me  senté a esperar a que vendrían los chicos, mientras, Akane se llevó el 205 al parque cerrado y trajo el 206 justo a tiempo, cuando acabo el Shakedown. Yo llevaba unas pintas curiosas, una camiseta de mi equipo, con unos leggins y unas botas de conducir, que hortera estaba pero iba a ir a cenar así mismo. Mis amigos empezaron a llegar y a decirnos que éramos unas blandas que habíamos pasado muy despacio, yo me fije en si veía a Toni y efectivamente apareció, rodeado de amigos con los que bromeaba y competían por ver quien tenía la mejor cámara. Me acerque y le pregunte si me había sacado muchas fotos ante la atenta mirada de dos de sus amigos que me preguntaron por el coche y que eran también muy simpáticos, así que les invite a cenar con nosotros y aceptaron encantados. Mientras tanto la pequeña llovizna del principio del Shakedown comenzaba a conventirse en una lluvia torrencial.

Así que después del encuentro nos dividimos en coches con prisa, para no mojarnos y quedamos para ir a cenar en un sitio de Maliaño, yo me lleve a Akane, a Toni y a sus dos amigos y el resto de nuestros amigos se dividieron en coches. El viaje y la cena fueron agradables, nos reímos un montón pero mañana había que levantarse pronto y la mayoría de la gente no vivía en Maliaño así que se fueron yendo, yo le deje el 206 a Akane para que fuera al alto, que aunque estaba cerca no me gustaba que fuera andando por la noche y los amigos de Toni se fueron también, así que solo quedamos Toni y yo, me dio ánimos para la carrera y me comento donde se iba a poner mañana y pasado y que me iría a ver en el parque cerrado antes del rallye y después al acabar podíamos ir a tomar unas cervezas, me pareció una idea muy buena. Toni era un chico que me gustaba y era muy simpático así que me gustaba ver que el también mostraba interés en mí. Me acompaño a casa, ese día dormiría en el antiguo piso de mis padres que había convertido ya en una casa para mí ya que me gustaba estar sola de vez en cuando y no tener que depender de nadie.
Me quede sola, después de todo el día ocupada y sin tiempo para pensar, ahora me quedaba sola. Visione mi coche, mi 205 turbo, imagine cada uno de los trazados y tramos que había estado repasando en la últimas semanas, me los conocía al dedillo pero aun así no lograba quitarme el nerviosismo de encima, tenía una sensación rara, me sentía extraña pero no podía pensar en ello, seguramente el motivo de mi inquietud era que este rally era el más importante al que me había enfrentado hasta la fecha y no quería quedar mal.

Me tumbe en mi cama y estuve una hora intentando dormir hasta que se me fueron cerrando los parpados, mañana sería un día especial, mi debut en uno de los grandes rallyes, estaba impaciente por coger mi coche, notar como vibraba el volante bajo mis manos, el coche pidiendo más...aquella sensación de adrenalina y de felicidad era inmensa. Me dormí soñando con todas esas sensaciones, soñé con cómo iba a tomar cada curva, como iba a pisar a fondo, dormí dulce y plácidamente esa noche.

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